viernes, 2 de diciembre de 2016

ESTE SILENCIO NOS MATA

La cultura lo puede someter, suavizar, decorar, maquillar y amansar, pero el machismo es abuso de musculatura, de estatura, de anchura de hombros, de capacidad de intimidación y de impunidad. Es abuso de poder. Eso es el machismo en esencia, así que está aquí para quedarse. Nunca seremos iguales, completamente iguales en sociedad hasta que no dejemos de usar en propio beneficio la ventaja de la desigualdad. Siempre habrá violadores, maltratadores, asesinos, cuñados metepatas, misóginos y aprovechados, siempre, pero con un poco de esfuerzo, cada generación serán menos y para conseguirlo, lo que me gustaría que dejara de haber, porque creo que hay que romper el techo, de verdad que lo pienso, es este silencio insoportable. Este silencio que mata. El silencio de los hombres buenos. Es una burbuja muda tan densa, que ya debería de haber estallado. ¿Qué coño les pasa a los hombres buenos del mundo que no estallan en mil cabreos? ¿Es que no tienen madre? ¿Es que no tienen hermanas? ¿es que no están casados? Solo tuvieron varones… ¿Es que ellos mismos no han vivido de primera mano, de primera vista, ataques machistas? ¿No hay hombres que hayan sufrido, visto, observado, impedido, llorado de impotencia? Os siento ahí, conteniendo la respiración. ¿No hay tíos cojonudos que digan, esto me pasó con mi hermana, esto me pasó con mi madre, esto lo vi yo y a esta mujer la defendí y a ese le quise partir la cara, pero no tuve valor y esto es todo una puta mierda? ¿Es que no te cabrea, tío, como me cabrea a mí, como me vuelve del revés, como le desesperaría a cualquier hijo de la raza humana con valores, como para salir ahí, aquí o a donde sea, a contar tu experiencia? ¿Solo vale que yo, mujer, diga que a mí, mujer, me quisieron violar, matar, por ser mujer, que me agarraron del coño en la Gran Vía, que a mí me pegaron dos hostias, que a mí me dijeron “mujer, tenías que ser, so zorra y yo aparco aquí, en segunda fila, porque me sale de la polla y si te molesta te doy con la barbilla en la cabeza”? ¿Solo vale que seamos las mujeres y uno de cada cien valientes, las que lo retuiteemos todo y lo jaleemos todo y nos lo quejemos todo? ¿No veis el daño que nos hace ser nuestro propio grito? No me lo creo. No os creo. No me creo que toda la rabia y que toda la herida la llevemos nosotras por fuera y que no os estalle el machismo por dentro, y os saque un par de gritos, qué menos. Hablad de una vez, si sois personas, y dejad de dejarnos solas.



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