La cultura lo puede someter, suavizar,
decorar, maquillar y amansar, pero el machismo es abuso de musculatura, de estatura,
de anchura de hombros, de capacidad de intimidación y de impunidad. Es abuso de
poder. Eso es el machismo en esencia, así que está aquí para quedarse. Nunca
seremos iguales, completamente iguales en sociedad hasta que no dejemos de usar
en propio beneficio la ventaja de la desigualdad. Siempre habrá violadores, maltratadores,
asesinos, cuñados metepatas, misóginos y aprovechados, siempre, pero con un poco de esfuerzo, cada generación serán
menos y para conseguirlo, lo que me gustaría que dejara de haber, porque creo
que hay que romper el techo, de verdad que lo pienso, es este silencio insoportable. Este silencio que mata. El silencio de los hombres buenos. Es una burbuja muda tan densa, que ya debería de
haber estallado. ¿Qué coño les pasa a los hombres buenos del mundo que no estallan
en mil cabreos? ¿Es que no tienen madre? ¿Es que no tienen hermanas? ¿es que no
están casados? Solo tuvieron varones… ¿Es que ellos mismos no han vivido de
primera mano, de primera vista, ataques machistas? ¿No hay hombres que hayan
sufrido, visto, observado, impedido, llorado de impotencia? Os siento ahí, conteniendo la respiración. ¿No hay tíos
cojonudos que digan, esto me pasó con mi hermana, esto me pasó
con mi madre, esto lo vi yo y a esta mujer la defendí y a ese le quise
partir la cara, pero no tuve valor y esto es todo una puta mierda? ¿Es que no te
cabrea, tío, como me cabrea a mí, como me vuelve del revés, como le desesperaría a cualquier hijo de la raza
humana con valores, como para salir ahí, aquí o a donde sea, a contar tu
experiencia? ¿Solo vale que yo, mujer, diga que a mí, mujer, me quisieron
violar, matar, por ser mujer, que me agarraron del coño en la Gran Vía, que a mí
me pegaron dos hostias, que a mí me dijeron “mujer, tenías que ser, so zorra y
yo aparco aquí, en segunda fila, porque me sale de la polla y si te molesta te
doy con la barbilla en la cabeza”? ¿Solo vale que seamos las mujeres y uno de cada cien valientes, las que lo retuiteemos todo y lo jaleemos todo y nos lo quejemos todo? ¿No veis el daño que nos hace ser nuestro propio grito? No me lo creo. No os creo. No me creo que toda la
rabia y que toda la herida la llevemos nosotras por fuera y que no os estalle el machismo por
dentro, y os saque un par de gritos, qué menos. Hablad de una vez, si sois
personas, y dejad de dejarnos solas.
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